martes, 16 de abril de 2013

Octavio Escobar Giraldo


Octavio Escobar Giraldo


Octavio Escobar Giraldo nació en Manizales Colombia, en 1962. Es médico cirujano, y especializado en Literatura Hispanoamericana, profesor de literatura en la Universidad de Caldas y escritor. Influyen de forma sustancial en su estilo narrativo la televisión de los setenta y el cine clubismo, ya que como él mismo afirma "fue más a cine que a clase"
 es novelista y cuentista, sus obras mas relevantes son:






cuentos:

  • Cuento caldense actual: 1993
  • El color del agua:1993
  • La posada del Almirante Benbow: 1997
  • De música ligera: 1998
  • Saide: 1995
  • El último diario de Tony Flowers: 1995
  • Hotel en Shangri-Lá: 2002
  • El álbum de Mónica Pont:2003
  •  Folletín de Cabo roto: 2007
  • Destinos intermedios: 2010

novelas:


La posada del Almirante Benbow:

Jacinto Fuencisla no tomaba notas. Miraba a los caballos en el padock minuciosamente y escudriñaba su impoluto programa como si éste, el programa, fuera a susurrarle cual sería el ganador de la próxima carrera.
Eran los tiempos de Bariloche y Soudzou, del corajudo Cludmilor que debió de correr como diez carreras en una primavera, de La Novia, de la gran Manola y de Drama pero también de Mameluco y Play Donkey y de mi favorita, Trotamundoa, qué gran nombre, que debió ser de las primeras potras que preparó un entonces muy joven Ovidio Rodríguez.
Joselito era el único de los niños de nuestra edad que llevaba tirantes. Siempre iba muy repeinado y seguramente por eso o porque tenía la manía de poner unas normas muy raras para que jugásemos con su pelota, se llevaba todos los domingos una buena ración de collejas. Yo no era muy de jugar con la pelota, me gustaba mas ver a caballos y a gentes pero confieso que alguna vez yo también propiné algún pescozón al pobre Joselito. Fue una tarde entre la sexta y la séptima carrera que estaba yo en el padock observando a Glamour y cómo aquellos dos que se decían enemigos, Carudel, que lo montaba en aquel hándicap, y Román que era el preparador del precioso ejemplar de la cuadra Aragón, conversaban amistosamente sobre la táctica a seguir para ganar la carrera en la que eran favoritos. En ese momento, Jacinto Fuencisla adivinando mis pensamientos me dijo: - Glamour no puede ganar con esos 58 kilos –
En esos tiempos las escalas no tenían nada que ver con las de ahora y 58 kilos eran un peso en 15 superior a los 43, sí cuarenta y tres, con los que Rafael Bienvenido Gonzalez cerraba la escala montando a Berta. ¿Y quién cree usted que puede ganar? Me atreví a preguntarle. Jacinto miro su revista para escuchar lo que ésta tenía que decirle y cuando levantó la vista para decirme algo Joselito se metió entre los dos con su pelota en la mano:
_ ¿Quieres jugar?_ me preguntó solícito, _No_ le respondí secamente deseando que desapareciera y que su interrupción no disuadiese a mi mentor de compartir conmigo su conocimiento.
_Mi pelota es chachi y todos quieren jugar con ella pero yo solo dejo a niños que son muy especiales, no a cualquiera, y quiero que tú seas uno de ellos_ insistió recibiendo como única respuesta un leve empujón para apartarle y dejarme de nuevo a solas con Jacinto.
_ Mira, fíjate, tiene unos colores muy bonitos y bota superguay_ porfió Joselito y no se muy bien porqué yo, que soy de natural apacible y que no gusto de meterme en trifulcas en ese momento guiado por un impulso irresistible me lancé sobre su cuello tirándole al suelo y gritándole que se fuera a la mierda con la pelotita y creo que me habría despachado a gusto si Jacinto Fuencisla no me hubiese levantado con un solo brazo y llevado a un aparte para decirme, _ ¿cuál es el jockey de moda de entre los pesos bajos?_, y sin esperar mi respuesta salió hacia la Tribuna Norte dejándome indeciso entre volver a darle una patada a Joselito que seguía en el suelo quejándose a voz en grito de lo malo que yo era o salir detrás de él, de Jacinto, a preguntarle que qué me había querido decir con su pregunta. Cuando me decidí a lo segundo ya era tarde y comenzaba la carrera que ganaría Mor Beauty montada por capicúa Gelabert, con 49 kilos, en una de las llegadas mas cerradas que yo recuerdo con 6 caballos en menos de un cuerpo. Me quedé mirando mi boleto de 10 pesetas a ganador a Glamour cuando apareció de nuevo Joselito para decirme, _chinchate que nunca mas jugarás con mi pelota_ y se fue corriendo antes de que le pillase y nunca mas supe de él hasta que abrió un foro para opinar sobre carreras de caballos....


gran novelista y cuentista sus obras llevan mas allá de la simple vista.



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